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Vínculos con lo natural

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Bajo el dolor, la tristeza y el desespero, la comunidad de Las Brisas se marchó. Dejaron sus tierras, las cosas que no necesitaban y con ello, el amargo recuerdo de lo que sucedió el 11 de marzo del 2000. 

El árbol de tamarindo quedó en el lugar, marchitó por la historia que lo rodeaba, las grietas de su tronco se hacían más profundas y su sombra disminuía. Escucha a uno de los habitantes de Las Brisas hablar del árbol que desde su infancia le daba vida:

Este atentado, dejado a la suerte por parte de los jefes paramilitares afectó la vida de la comunidad de Las Brisas y su confianza en la población vecina de Mampuján. El temor rompió todo vínculo con el lugar. Las personas se fueron a otras ciudades, municipios y veredas. En la actualidad, han sido pocas las personas que han regresado a Las Brisas en busca de sus casas y cada vez que llegan, se van con la sorpresa de que la vereda fue quemada en su totalidad, dejando un área de 8.000 hectáreas de ñame cultivadas a la deriva y en pérdidas, igual que con su población.

TESTIGO TAMARINDO, Juan Manuel Echavarría, 2012.

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